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BARRIOS Y REPARTOS DE SAGUA LA GRANDE
No somos historiadores, pero nuestros ancianos constribuyen a que
no sea uno solo el que tergiverse la historia local por favorecer a una ideologia o por protegerse a sí mismo.
¡AL
FIN, SE ACABARON LOS RICOS!...decía aquel lema soviético de principios de siglo al surgir el comunismo;pero el pueblo, muy
astuto, que comprendía que todos los extremos son perjudiciales, le agregaban a continuación: ¡AHORA TODOS SOMOS POBRES!
En
Cuba todos somos tan… pero tan…pobres, que da verguenza ver las estadísticas mundiales ubicándonos por debajo
de la gran mayoría de aquellos países africanos que antes veíamos como aldeas de chozas y ahora impresionan con sus extraterrestres
rascacielos.
LEY DE AFINIDAD
En la Sagua Republicana se dividían los barrios por afinidad y no necesariamente
por pobreza como afirman (o tienen que afirmar obligatoriamente) los nuevos “sociólogos” e “historiadores”.
Es
verdad que en Villalegre vivían los negritos más pobres, pero entre choza y choza también se levantaba una grande de mampostería
de otros negritos más pudientes, como lo eran la de los señores de la Sociedad (de color) “Eden Sport”: Agustín
Bello Rodríguez, Domingo González Oro, Gastón Fernández Roselló y Antonio C. Casanova, o las otras casonas conocidas en Villalegre
como la de los dignos e inteligentes negros Don Perfecto Ponce de León, Augusto Mestre Alfonso y Ernesto Oña Francia que fueron
directivos de “Unión Sagüera” y destacados hombres de negocio en Sagua la Grande; la de Don Leopoldo Quintero
y Ruiz, Juez Municipal es una de las clásicas de este barrio.
“Yo me quedo con mis negros”, o “yo
me quedo con mis pescadores” decían otros pudientes de la Isabela; lo que pasa es que “hay que desprestigiar el
pasado” para poder seguir siendo intelectual de la Sagua actual. Pero amigo mío, con eso constribuyes al caos histórico.
En
algunos casos incluso, como el del negro Alcalde de Sagua Señor Juan Santana Francia, vivía entre los blancos, porque la ley
no se lo prohibía, solo su “concepto de relatividad” era el que dictaba esta opción geográfica; su opción no fue
muy bendecida por los negros sagüeros de su época, como sucedió con Michael Jackson al quererse cambiar de color; pero de
eso se trata la libertad individual.
La “zonificación” tanto antigua como actual también prohibe echar
a perder un barrio hermoso de casas impecables con 3 o 4 casas de campaña por capricho de tres jipis. Oí decir que en las
Islas Canarias existe un pueblo donde todas las casitas son blancas, dicen que aquello es precioso y el turismo se siente
atraído, pero en el fondo no es natural, existe una ley que prohibe pintarla de otro color por un capricho personal que pudiera
echar a perder la tradición, para eso te vas a otro barrio con otras leyes (afinidad) y la pintas de color cebra. Aun aquí
en Sagua que estamos en el ultimo eslabón de la evolución, existen trescientas prohibiciones de construcción.
Dicen
los “especialistas” que “al triunfar la revolución esa division se acabó”, y más no podemos estar
de acuerdo con eso, al acabarse la opción, la afinidad o el derecho de agrupación, no nos quedó más remedio que vivir donde
sea. A muchos nos gustaría tener un barrio solo para reguetoneros, o quizás un barrio para homosexuales, por mi parte preferiría
un barrio para los anticomunistas (pacíficos), es decir, para aquellos que nos gustan otras filosofías, que sería a barlovento
para poder oir cuando viene la policía o porque nos da la gana a un grupo libre pensador. Después de 1959 no se puede hablar
de “Barrio Marginal” pues no lo hay, ya que lo marginado ahora es “la ciudad”, “el país”,
todo es igual de marginado.
En muchos países del mundo ocurre el fenómeno de afinidad; he oído hablar de los famosos
barrios gitanos, barrios de enanos, barrios obreros, como el que iba a hacer aquí en Sagua Mister Macfala para sus trabajadores
de la fundición, que ahora viven en potreros con forma de casa, barrios artísticos como ese de Nueva York donde solo viven
poetas, pintores y músicos, los propios barrios negros del Bronx y de Liberty City de los que llevamos 50 años oyendo que
son marginales, que son prisioneros de la pobreza y otras sandeses, pero cuando un basquebolista negro como: Magic Johnson,
o aquel pelotero de grandes ligas Jackie Robison acumularon 20 millones y se quedaron allí con la “mansión mejorada”,
se demostró que el barrio es de todos y nada tiene que ver con “eco” que repiten estos papagallos. A veces se
van al barrio blanco como lo han hecho otros. Los “pudientes” que se quedan son muy útiles porque ponen tiendas,
hoteles, gimnasios, y otros negocios que dan empleos a los menos favorecidos. Ningún negro es menor que otra raza, con pasión
y esfuerzo puede llegar a grandes ligas o incluso a ser Presidente. El cuento de los “marginados” del Bronx, ya
no se lo traga ni el propio Fidel Castro.
“En todo el mundo, menos en Cuba, Los Barrios son aquellas partes de
las ciudades que se forman, sincrónica o diacrónicamente, bordeando por circunstancias diversas la población original”,
hacia cualquier punto cardinal. Indistintamente son creados por grupos afines o librepensadores que prefieren concentrar su
filosofía en una misma zona geográfica para así hacerla más eficiente, entre ellos se incluyen a los pobres y a los ricos,
pero de ninguna forma esos dos factores pueden ser los únicos definidores del concepto de “Barrio”. Lejos de ser
un concepto científico, ese simplismo de definir un barrio con pobres y ricos, es un discurso, que en ocasiones no entendemos
como sabios intelectuales siguen repitiendo.
BARRIO SAN JUAN (Después Nodarse)
En Sagua la Grande el barrio
más antiguo surgió en la margen derecha del río, frente al primer caserío de la margen opuesta, al que se le llamó Barrio
Dan Juan. Entonces ya existían diferencias sociales dentro de ambas concentraciones poblacionales, lo cual demuestra que un
barrio no está regido por esa anacrónica ley de ricos y pobres: “cada cual por su lado”. El rico necesita del
pobre para que sea su obrero y el pobre necesita que al menos exista un rico para cambiar de estatus. En esa ribera del río
Sagua las inviolables leyes de los genes crearon un hotelero que nesecitó de 5 obreros para que atendieran el bar, la cocina
y las habitaciones, uno de sus brillantes vecinos construyó un tejar que él solo no podia trabajar por lo que se beneficiaron
5 más al igual que le sucedió al carbonero, al arenero, al carpintero y pronto vemos en la historia como surgen en ese Barrio,
farmacéuticos, funerarios, almaceneros y hasta un cirujano (ver libro de Antonio Miguel Alcover y Beltrán).
BARRIO
LA GLORIA
Se comunicaba con el anterior por medio de un andarivel cuyo primer ingenioso propietario cobraba una tarifa
por pasar personas, caballos, bueyes y carretas de un lado a otro, hasta que el gobierno controló este paso (por donde ahora
está el Puente) sin prohibir que existieran otros pasos particulares, pues el talento individual jamás se debe limitar. Si
el gobierno te quita tu balsa por celos a la inventiva, tú construyes un puente por otro lado, si te lo vuelven a robar (o
imitar), tu ilimitado gen de la inventiva de seguro te hará inventar el helicóptero. Este punto del Barrio La Gloria era una
cruz que también nos comunicaba con La Boca (Isabela) y con Villa Clara (Santa Clara). La zona era el punto central de los
inicios de Sagua. Esta ha sido el área más movida de la historia de Sagua, incluyendo la actualidad. En los años cincuentas
del siglo XX se estableció aquí un “área de tolerancia” para poder controlar la prostitución y funcionó perfectamente
a diferencia de ahora que el jineterismo asalta la esquina más decente de nuestra Villa del Undoso.
PUEBLO NUEVO
(“Tetuán” en la Colonia y “Baire” en la República).
Surge a mediados del siglo XIX al norte
de la Calzada de Backer y al oeste de la línea férrea hacia Isabela. Vivía aquí todo tipo de personas que construían según
su poder adquisitivo, al igual que hoy que lo mismo se ve una casa de guano que una de mampostería de dos pesos con la diferencia
al pasado que ambos son unos muertos de hambre. Quizás el de la casa de mampostería tenga familias en el extranjero y el de
la casa de guano sea el presidente del CDR.
VILLA ALEGRE
Triste Villa Alegre está como nunca ha estado,
es el sitio de mayor pobreza dentro de la descomunal pobreza de toda Sagua la Grande. Extrañan muchos de esos habitantes las
épocas de relativa abundancia que tenían cuando trabajaban con Beguiristain en el Alambique o con Macfala en la fundición.
Nunca fueron ricos lo que allí aún viven pero multiplique usted por 10 su actual fotuna y podrá entonces ver este barrio en
1958. Siempre fue de tabla y teja pero ¡qué tabla y qué teja!, nunca les faltó el barro del río para reparar la teja rota,
o la tabla de palma de chinchilla para tapar el hueco del humilde hogar. Me toca muy de cerca porque de ahí vengo por mis
abuelos maternos y recuerdo en mi niñez el sólido caserón de madera (mal pintado, pero pintado) que hoy, aún en pié, es una
bola de mugre y hueco que nadie se digna a sustituir por el concreto.
Se encuentra ubicado al sur de la Calzada de Oña
y al oeste de la línea férrea que va desde El Paradero o Estación, hacia Santa Clara.
LOMA BONITA ( “Rodas”en
el siglo XIX y “Yara” durante la República)
Ubicado al suroeste de la ciudad, cuyo centro era el punto
más elevado en la esquina de Céspedes y Carrillo extendiéndose hasta la zona del Cementerio Viejo. Los viejos cuentan que
las grandes inundaciones del río Sagua no llegaban hasta allí, de ahí lo de “Loma Bonita”. Al parecer los historiadores
de nuestra ciudad no se meten con este barrio y por tanto no hay nada que aclarar al respecto para aquellos que necesitan
de “comparación y dos criterios”.
REPARTO DE OÑA
Nuestros historiadores locales solo destacan,
enseñan, educan, explican a la futura generación lo siguiente: “no es hasta después del triunfo de la Revolución en
que crece aceleradamente”.¡Qué fascinante y educativa explicación!, ya con eso nos basta; “gracias historiadores”…..
Al
principos del siglo XX, Sagua se terminaba en donde hoy está la rotonda con el obelisco de José Miglel Gómez (el gran olvidado
amigo de Sagua). Incluso si le preguntas a alguien te dice de la forma más vulgar del universo: “raspadura” y
no “obelisco” (debe ser el hambre). Pero sucedió que un sagüerazo llamado Juan de Dios de Oña, con su dinero y
sus ganas, cojió toda esta selva, la chapeó, le hechó relleno, y encima asfalto para construir lo que se llamó “Carretera
a Resulta” una obra privada pero con muchas ventajas para la colectiva Sagua. Allá al final, hacia el este, de esa carretera
estaba su Ingenio Resulta que dejó de ser rural para convertirse en Urbano. Esta obra debía de realizarse por medio del gobierno
y no de un particular.
Pero le tienen miedo a los filántropos, le tienen miedo a la historia Republicana que llaman
Neocolonia (¡qué envidia más repugnante!), no pueden admitir que “antes se hiciera algo bueno”, todo lo ha hecho
la revolución (como el túnel de La Habana, el Capitolio y la Plaza de la Revolución que fue lo que nos dijeron en la primaria,
a los más viejos). Muchos escriben que Sagua es bella y está viva solamente basados en ese grandioso pasado que muestran sus
imponentes edificios, no pueden basar su historia en un edificio nuevo, o en un filántropo que no sea del pasado. Hombres
y Contrucciones de la “neocolonia”, ¡que triste hablar de algo que odian!... el pasado, sus abuelos, sus mambises
que festejaron el 20 de Mayo. Y todo porque un solo ser humano, un tirano, los confunde y les cambia la bola anualmente.
REPARTO
VICTORIA
Como dice su nombre “Victoria” en todo sentido, Victoria de la intelectualidad, Victoria de la
creación, Victoria de la raza humana, Victoria de la evolución animal. Aquí el hombre libre hizo un complejo de bellas casas
rodeadas con ambiente de bosque y jardines que era digno de un paseo de admiración y no de envidia. “A cada cual según
su capacidad”, dirían ellos, pero nunca lo dijeron. Aquella zona iba creciendo hasta que llegó la lepra y hasta los
árboles entristecieron. Lo que allí quedó aún se admira a pesar del tiempo; lo usan nuestros revolucionarios que no se han
atrevido a derrumbar.
Aquí, entre la mansiones victorianas, producto de la infinita imaginación del hombre, el Yacht
Club de Sagua hizo un centro deportivo que había que quitarse el sombrero, pero eso no lo podían digerir; la deportiva revolución
de Sagua no podia aceptar tan magnífico complejo deportivo de la “Neocolonia” en medio del progreso comunista
y al igual que el Teatro Principal, “se lo echó al pico” (en buen cubano), como también se echó el aeropuerto
de los Yánez a punto de ser Internacional.
Se llaman "Barrios" a porciones geográficas que se diferencian, pero cuando son iguales se llaman "Clones"...